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Μάρκος - Marcos

 

1

Predicación de Juan el Bautista

mt 3.1 lc 3.1 jn 1.19

1 Principio del evangelio de Jesús Cristo, el Hijo de Dios;
2 Como está escrito en los prophetes: Acá, yo envío mi mensajero ante su rostro, El cual preparará su camino delante de usted.

3 Voz del que clama en el desierto: Preparen el camino al Señor,

hagan sus sendas rectas.
4 Juan hacía baptizo en el desierto, y predicaba el bautismo del arrepentimiento para afesis de los pecados.
5 Y salió a él toda la tierra de Judea, y Jerusalén, y todos bautizados por él en el río Jordán, reconocían sus pecados.
6 Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y un cinto de piel sobre sus lomos; y comía langostas y miel silvestre;
7 Y predicó, diciendo: Viene Uno más poderoso que yo detrás de mí, cual no soy digno de agacharme y desatar la correa de su calzado.
8 Yo en verdad los bautizo con agua; pero Él los bautizará con El Santo Espíritu.

El bautismo de Jesús

mt 3.13 lc 3.21

9 Y aconteció en esos días, que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán.
10 Y apenas salió del agua, vio los cielos abiertos, y al Espíritu como paloma descendiendo sobre Él:
11 Y vino una voz del cielo: Tú eres mi Hijo amado, en quien me complazco.

Tentación de Jesús

mt 4.1 lc 4.1

12 E inmediatamente el Espíritu lo condujo al desierto.
13 Y estuvo ahí en el desierto cuarenta días, tentado por satanás; y estaba con bestias salvajes; y los ángeles lo diakoneo.

Jesús inicia su ministerio

mt 4.12 lc 4.14

14 Y después Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea, predicando el evangelio del reino de Dios,
15 Y diciendo: El tiempo se cumplió, y el reino de Dios está cerca: arrepiéntanse y crean el evangelio.

Jesús llama a cuatro pescadores

mt 4.18 lc 5.1

16 Y caminando cerca del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban la red en el mar, porque eran pescadores.
17 Y Jesús les dijo: Vengan detrás de mí, y haré que ustedes se conviertan en pescadores de hombres.
18 E inmediatamente dejaron sus redes, y lo siguieron.
19 Y avanzando un poco, vio a Santiago, de Zebedeo, y a Juan su hermano, que también estaban en la barca remendando sus redes.
20 E inmediatamente los llamó; y dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los empleados, y fueron tras Él.

 

Un hombre poseído

lc 4.31

21 Y entraron en Capernaum; y al instante, el sabbaton, entrando en la sinagoga, enseñaba.
22 Y se asombraban de su doctrina; porque les enseñaba con autoridad, y no como los escribas.
23 Y había en su sinagoga un hombre con un espíritu inmundo; y gritaba,
24 Diciendo: Ahh dejános!; ¿o qué tenemos que ver contigo, Jesús de Nazaret? ¿Viniste a destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios.
25 Y Jesús le reprendió, diciendo: Callate y salí de él.
26 Y cuando el espíritu inmundo lo convulsionó, y gritó con voz fuerte, salió de él.
27 Y todos se asombraron, hasta el punto de que se preguntaban entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es ésta? porque con autoridad ordena incluso a los espíritus inmundos, y lo obedecen.
28 Y pronto su fama se difundió por toda la región vecina a Galilea.

Jesús sana a la suegra de Pedro

mt 8.14 lc 4.38

29 Y en seguida, saliendo de la sinagoga, entraron en casa de Simón y Andrés, con Jacobo y Juan.
30 Pero la suegra de Simón estaba acostada con fiebre, y en seguida le hablaron de ella.
31 Y acercándose, la tomó de la mano y la levantó; y al instante la fiebre la dejó, y les servía.

Muchos sanados al atardecer

mt 8.16 lc 4.40

32 Y al atardecer, cuando se puso el sol, le trajeron todos los tenían kakos y daimonizomai.
33 Y toda la ciudad estaba reunida a la puerta.
34 Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios; y no permitió hablar a los demonios, porque lo conocían.

Jesús recorre Galilea predicando

lc 4.42

35 Y por la mañana, levantándose muy temprano, salió y se apartó a un lugar solitario, y ahí oraba.
36 Y Simón y los que con él, lo siguieron.
37 Y encontrándolo, le dijeron: Todos te buscan.
38 Y les dijo: Vamos a las aldeas próximas, para predicar también ahí; porque para esto vine.
39 Y predicaba en sus sinagogas por toda Galilea, y echaba fuera los demonios.

Jesús sana a un leproso

mt 8.1 lc 5.12

40 Y un leproso vino a Él, suplicándole y arrodillándose ante él, y diciéndole: Si querés, podés limpiarme.
41 Y Jesús, sintiendo compasión, extendió la mano, y lo tocó, y le dijo: Quiero; sé limpio.
42 Y al hablar, inmediatamente la lepra se apartó de él, y quedó limpio.
43 Y lo reprendió severamente, y en seguida lo despidió;
44 Y le dijo: Mira, no digas nada a nadie; sino andate, mostrate al sacerdote, y ofrecé por tu purificación lo que mandó Moisés, para testimonio de ellos.
45 Pero él salió, y comenzó a kerusso mucho, y a divulgar la palabra, de tal manera que Jesús ya no podía entrar abiertamente en la ciudad, sino que estaba fuera en lugares desiertos; y venían a Él de todas partes.

2

Jesús sana a un paralítico

mt 9.1 lc 5.17

1 Y otra vez entró en Capernaum, pasados algunos días; y se oyó que estaba en casa.
2 Y en seguida muchos se reunieron, de tal manera que no había lugar para recibirlos, ni en la puerta; y les predicaba la palabra.
3 Y vinieron a Él trayendo un paralítico, cargado entre cuatro.
4 Y como no podían acercarse a Él por la multitud, descubrieron el techo donde estaba; y arrancándolo, bajaron el lecho donde estaba el paralítico.
5 Y Jesús vio la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, Tus pecados se te perdonan.

6 Pero estaban algunos de los escribas sentados ahí, y razonaban en sus corazones,
7 ¿Por qué éste habla blasfemias así? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?
8 E inmediatamente cuando Jesús percibió en su espíritu que ellos razonaban así en sí mismos, les dijo: ¿Por qué razonan estas cosas en sus corazones?
9 ¿Qué es más fácil decir al paralítico: Tus pecados son perdonados, o decirle: Levantate, toma tu cama y caminá?
10 Pero para que sepan que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados, (dice al paralítico,)
11 Yo te digo: Levantate, y toma tu cama y vete a tu casa.
12 E inmediatamente se levantó, tomó la cama, y salió delante de todos; de tal manera que todos se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca vimos algo así.

Jesús llama a Mateo

mt 9.9 lc 5.27

13 Y salió otra vez por la orilla del mar; y toda la multitud vino a Él, y les enseñaba.
14 Y pasando, vio a Leví de Alfeo sentado en el banco tributario, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, lo siguió.
15 Y sucedió, (con) Jesús sentado a la mesa en su casa, muchos publicanos y pecadores se sentaron también con Jesús y sus discípulos; porque eran muchos, y lo siguieron.
16 Y los escribas y fariseos lo vieron comer con publicanos y pecadores, dijeron a sus discípulos: ¿Cómo es que come y bebe con publicanos y pecadores?
17 Cuando Jesús lo escuchó, les dijo: Los fuertes no necesitan médico, sino los que están enfermos: No vine a llamar a justos, sino pecadores al arrepentimiento.

 

¿Por que no ayunan?

mt 9.14 lc 5.33

18 Y los discípulos de Juan y los de los fariseos solían ayunar; y vinieron y le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan, pero tus discípulos no ayunan?

19 Y Jesús les dijo: ¿Pueden los hijos de la boda ayunar mientras el novio está con ellos? mientras tengan al novio con ellos, no pueden ayunar.
20 Pero días vendrán en que el esposo será apartado de ellos, y entonces ayunarán en esos días.
21 Tampoco ninguno cose una pieza de paño nuevo sobre un vestido viejo; de lo contrario, el nuevo parche tira de lo viejo, y la rotura se hace peor.
22 Y nadie echa vino nuevo en askos viejos; de otro modo, el vino nuevo revienta los askos, y el vino se derrama, y los askos se estropean; pero el vino nuevo debe ponerse en askos nuevos.

 

Los discípulos comen el sábado

mt 12.1 lc 6.1

23 Y sucedió que pasaba por los sembrados en el sabbaton; y sus discípulos comenzaron, andando de camino, a arrancar espigas.
24 Y los fariseos le dijeron: Acá, ¿por qué hacen en el sabbaton lo que no es lícito?
25 Y él les dijo: ¿Nunca leyeron lo que David hizo, cuando tuvo necesidad, y tuvo hambre, él y los que con él?
26 ¿Cómo entró en la casa de Dios en tiempo de Abiatar el sumo sacerdote, y comió los panes de la proposición, que no es lícito comer sino a los sacerdotes, y dio también a los que estaban con él?
27 Y les dijo: El sabbaton fue hecho para el hombre, y no el hombre para el sabbaton:
28 Por lo tanto, El Hijo del hombre es Señor también del sabbaton.

3

El hombre de la mano seca

mt 12.9 lc 6.6

1 Y entró otra vez en la sinagoga; y había ahí un hombre que tenía una mano seca.
2 Y lo acechaban si lo sanaría en sabbaton, para acusarlo.
3 Y dijo al hombre que tenía la mano seca: Párate en medio.
4 Y Él les dijo: ¿Es lícito hacer el bien en sabbaton, o el mal? ¿salvar la vida, o matar? Pero ellos callaron.
5 Y mirándolos con ira, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió; y su mano fue restaurada sana como la otra.
6 Y salieron los fariseos, e inmediatamente tomaron consejo con los herodianos contra Él, cómo lo matarían.

La multitud a la orilla del mar

7 Pero Jesús se retiró con sus discípulos hacia el mar; y una gran multitud de Galilea lo siguió, y de Judea,
8 y de Jerusalén, y de Idumea, y del otro lado del Jordán; y los de Tiro y Sidón, una gran multitud, oyendo todo lo que hizo, vinieron a él.
9 Y dijo a sus discípulos que lo esperen en un bote a causa de la multitud, para que no lo aprieten.
10 Porque therapeuo a muchos; tanto que caían sobre el para tocarlo, todos los que tenían plagas.
11 Y los espíritus inmundos, al verlo, se postraban delante de Él, y gritaban, diciendo: Tu eres El Hijo de Dios.
12 Y los reprendió mucho para que no lo hicieran saber.

Elección de los doce apóstoles

mt 10.1 lc 6.12

13 Entonces subió a un monte, y llamó a quien Él quiso; y vinieron a Él.
14 Y ordenó a doce, para permanecer con él, y para apostello a predicar,
15 y tener poder para therapeuo enfermedades y para ekballo daimonion:
16 Y a Simón le puso por nombre Petros;
17 Y a Jacobo, de Zebedeo, y Juan, hermano de Jacobo; y les puso por nombre Boanerges, que es: Hijos del trueno:
18 Y Andrés, y Felipe, y Bartolomé, y Mateo, y Tomás, y Jacobo el de Alfeo, y Tadeo, y Simón el Kananites,
19 Y Judas Iskariotes, que también lo traiciono: y entraron en una casa.

El Pecado sin Perdón

mt 12.22 lc 11.14

20 Y se juntó de nuevo la multitud, de tal manera que ni siquiera podían comer pan.
21 Y oyéndolo sus allegados, salieron para prenderlo, porque decían: Está loco.
22 Y los escribas que bajaban de Jerusalén decían: Tiene a beelzeboul, y por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios.
23 Y los llamó, y les dijo en parábolas: ¿Cómo puede satanás echar fuera a satanás?
24 Y si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede permanecer.
25 Y si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no puede permanecer.
26 Y si satanás se levanta contra sí mismo, y se divide, no puede permanecer, sino que tiene fin.
27 Ninguno puede entrar en la casa de un hombre fuerte, y saquear sus bienes, a menos que primero ate al hombre fuerte; y entonces saqueará su casa.
28 Amen les digo que todos los hamartema serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasphemia con que blasfemen:
29 Pero el que blasfeme contra el Santo Espíritu no tendrá perdón eternamente, sino que es culpable de condenación eterna:
30 Porque dijeron: Tiene un espíritu inmundo.

La familia de Jesús

mt 12.46 lc 8.19

31 Vinieron entonces sus hermanos y su madre, y, estando fuera, lo mandaron a llamar.
32 Y la multitud se sentó a su alrededor, y le dijeron: acá, tu madre y tus hermanos, están afuera, te buscan.
33 Y les respondió, diciendo: ¿Quién es mi madre o mis hermanos?
34 Y mirando al círculo sentado alrededor de él, dijo: Acá mi madre y mis hermanos!
35 Porque el que haga la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.

4

Parábola del sembrador

mt 13.1 lc 8.4

1 Y comenzó otra vez a enseñar cerca del mar; y se juntó a Él una gran multitud, de tal manera que entró a la barca, y se sentó en el mar; y toda la multitud estaba junto al mar, en tierra.
2 Y les enseñaba muchas cosas por parábolas, y les dijo en su doctrina,
3 Escuchen; Acá, salió un sembrador a sembrar:
4 Y pasó que, sembrando él, algunas cayeron en el camino, y los pájaros del cielo vinieron y las comieron.
5 Y algunas cayeron en petrodes, donde no tenían mucha tierra; y en seguida brotaron, no teniendo profundidad de tierra:
6 Pero saliendo el sol, se quemaron; y no teniendo raíz, se secaron.
7 Y algunas cayeron entre espinos, y los espinos crecieron, y las ahogaron, y no dieron fruto.
8 Y otros cayeron en buena tierra, y dieron fruto, brotando y creciendo; y llevaron, unos treinta, y otros sesenta, y otros cien.
9 Y les dijo: Teniendo oídos para oír, oigan.
10 Y cuando estuvo solo, los que lo rodeaban con los doce le preguntaron la parábola.
11 Y les dijo: A ustedes es dado conocer el misterio del reino de Dios; pero a los de afuera, todas estas cosas se hacen en parábolas:
12 Para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; no sea que se conviertan y los pecados se les perdonen.
13 Y les dijo: ¿No saben esta parábola? y entonces, ¿cómo conocerán todas las parábolas?
14 El sembrador siembra la palabra.
15 Y éstos son los que están en el camino, donde se siembra la palabra; pero cuando escuchan, satanás viene inmediatamente y les saca la palabra sembrada en sus corazones.
16 Y éstos son también los sembrados en piedras; quienes siempre que escuchan la palabra, inmediatamente la reciben con alegría;
17 y no tienen raíz en sí mismos, y son temporales; después, al surgir aflicción o persecución por causa de la palabra, en seguida se skandalizo.
18 Y éstos son los sembrados entre espinos, los que escuchan la palabra,
19 Y las preocupaciones de este mundo, y el engaño de riquezas, y deseos de otras cosas que entran, ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
20 Y éstos son los sembrados en buena tierra; los que escuchan la palabra, y la reciben, y producen fruto, unos a treinta, incluso otros a sesenta, y otros a cien.

Nada puede ocultarse

lc 8.16

21 Y les dijo: ¿Se trae una vela para ponerla debajo del modios, o debajo la cama, y no para ponerla sobre un candelero?
22 Porque no hay nada que esté oculto, que no se manifieste; ni en secreto, sino para que venga a la luz.
23 Si alguno tiene oídos para oír, oiga.
24 Y les dijo: Presten atención a lo que escuchan; con la medida que midan, se los medirá; y a ustedes que escuchan se les agregará.
25 Porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, se le sacará incluso lo que tiene.

Parábola del crecimiento de la semilla

26 Y dijo: Así es el reino de Dios, como si un hombre tirara la semilla en la tierra;
27 y se duerme, y se levanta noche y día, y la semilla brota y crece, sin que él sepa cómo.
28 Porque la tierra da fruto de sí misma; primero la hoja, después la espiga, después el grano lleno en la espiga.
29 Pero cuando brota el fruto, inmediatamente se mete la hoz, porque llegó la siega.

Parábola de la semilla de mostaza

mt 13.31 lc 13.18

30 Y dijo: ¿A qué compararemos el reino de Dios? o ¿con qué parábola lo compararemos?
31 Es como grano de mostaza, que, cuando se siembra en la tierra, es la menor de todas las semillas que hay en la tierra:
32 Pero cuando se siembra, crece, y se hace más grande que todas las hortalizas, y produce grandes ramas, de modo que las aves del cielo descansan bajo su sombra.

En parábolas para el mundo

mt 13.34

33 Y con muchas parábolas similares les hablaba la palabra, según podían oír.
34 Pero sin parábola no les hablaba; y estando en privado, explicaba todas las cosas a sus discípulos.

El mar y el viento lo obedecen

mt 8.23 lc 8.22

35 Y en el mismo día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado.
36 Y despidiendo a la multitud, lo llevaron mientras estaba en la nave. Y había también con él otros pequeños botes.
37 Y se levantó una gran tempestad de viento, y las olas golpeaban el barco, de modo que ya se llenaba.
38 Y Él estaba en la parte trasera de la nave, durmiendo sobre una almohada; y lo despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no te importa que muramos?
39 Y él se levantó, reprendió al viento y dijo al mar: Paz, silencio. Y el viento paró, y hubo gran calma.
40 Y les dijo: ¿Por qué tienen tanto miedo? ¿Cómo no tienen fe?
41 Y ellos mega phobos, y se dijeron unos a otros: ¿Qué clase de hombre es éste, que hasta el viento y el mar lo obedecen?

5

El endemoniado de Gadara

mt 8.28 lc 8.26

1 Y fueron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos.
2 Y al salir del barco, inmediatamente los encontró un hombre de las tumbas con un espíritu inmundo,
3 Que tenía habitación entre las tumbas; y nadie podía atarlo, ni con cadenas:
4 Muchas veces fue atado con grilletes y cadenas, y las cadenas fueron despedazadas por él, y los grilletes partidos en pedazos; y nadie pudo domarlo.
5 Y siempre, de noche y de día, estaba en los montes y en las tumbas, gritando y cortándose con piedras.
6 Pero al ver a Jesús de lejos, corrió y lo adoró,
7 y gritando con voz fuerte, dijo: Yo qué tengo con vos, Jesús, Hijo del Dios altísimo? Júrame por Dios no torturarme.
8 Porque le dijo: Sal del hombre, espíritu inmundo.
9 Y le preguntó: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió, diciendo: Mi nombre es Legión, porque somos muchos.
10 Y parakaleo mucho que no lo apostello fuera de la región.
11 Y había ahí, cerca de las montañas, una gran piara de cerdos paciendo.
12 Y todos los demonios le suplicaron, diciendo: Mandanos a los cerdos, para que entremos en ellos.
13 Y pronto Jesús les dio permiso. Y los espíritus inmundos salieron, y entraron en los cerdos: y la piara corrió violentamente hacia un precipicio en el mar, (eran como dos mil;) y se ahogaron en el mar.
14 Y los que alimentaban a los cerdos corrieron, y lo contaron en el pueblo y en el campo. Y salieron a ver qué había pasado.
15 Y vinieron a Jesús, y vieron al endemoniado, quien tenía la legión, sentado y vestido, y en su sano juicio; y phobeo.
16 Y sabiendo les contaron cómo le pasó al endemoniado, y sobre la piara.
17 Y empezaron a parakaleo que se fuera de sus costas.
18 Y entrando Él en el barco, el que estuvo endemoniado le parakaleo que pudiera estar con Él.
19 Pero Jesús no se lo permitió, sino le dijo: Ve a tu casa, a tus amigos, y contales cuán grandes cosas hizo el Señor por ti, y la misericordia en ti.
20 Y se fue, y comenzó a kerusso en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús por él; y todos se maravillaban.

La hija de Jairo, y la mujer que tocó el manto de Jesús

mt 9.18 lc 8.40

21 Y Jesús cruzó nuevamente a la otra orilla, mucha gente se juntó a Él; aún estando cerca del mar.
22 Y acá vino uno de los archisunagogos, llamado Jairo; y al verlo, se postró a sus pies,
23 Y le rogó mucho, diciendo: Mi hijita está a punto de morir: Para que vengas y pongas tus manos sobre ella, de manera que sane, y viva.
24 Y Jesús fue con él; y muchas personas lo seguían y lo apretaban.
25 Y cierta mujer, tuvo un flujo de sangre doce años,
26 y sufrió muchas cosas de muchos médicos, y gastó todo lo que tenía, y en nada mejoró, sino más bien empeoró,
27 Oyendo de Jesús, vino en la multitud detrás, y tocó su manto.
28 Porque dijo: Si toco su manto, sanaré.
29 E inmediatamente la fuente de su sangre se secó; y supo en su soma que estaba sana del azote.
30 Y Jesús, inmediatamente reconociendo en sí mismo que dunamis salió de Él, se volvió a la multitud, y dijo: ¿Quién tocó mi manto?
31 Y sus discípulos le dijeron: Ves la multitud que te aprieta, y dices: ¿Quién me tocó?
32 Y él miró alrededor viendo que se hizo esto.
33 Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de Él, y le dijo toda la verdad.
34 Y Él le dijo: Hija, tu fe te sanó; ve en paz, y sé sana de tu azote.
35 Mientras Él aún hablaba, vinieron de casa del archisunagogos diciendo: Tu hija murió; ¿por qué molestas al Maestro todavía?
36 En cuanto Jesús oyó la palabra dicha, dijo al jefe de la sinagoga: No temas, sólo creé.
37 Y no permitió que nadie lo siguiera, sino Pedro, y Jacobo, y Juan el hermano de Jacobo.
38 Y vino a casa del jefe de la sinagoga, y vio el alboroto, lloraban y lamentaban mucho.
39 Y entrando, les dijo: ¿Por qué el tumulto y el llanto? la niña no está muerta, sino durmiendo.
40 Y se rieron con desprecio de Él. Pero Él los echó a todos, tomo al padre y a la madre de la joven, y los que con el estaban, y entro donde la joven estaba acostada.
41 Y tomó a la joven de la mano, y le dijo: Talitha cumi!; que es, traducido Jovencita, te digo, levantate.
42 E inmediatamente la joven se levantó y caminó, porque tenía doce años. Y ellos existémi mega ekstasis.
43 Y Él les encargó estrictamente que nadie lo supiera; y ordenó que se le diera de comer.

6

Jesús en Nazaret

mt 13.53 lc 4.16

1 Y salió de ahí, y vino a su tierra; y sus discípulos lo siguieron.
2 Y el sabbaton, comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos que escuchaban se asombraban, diciendo: ¿De dónde tiene estas cosas? y ¿qué sabiduría se le dio, que incluso semejantes milagros son hechos por sus manos?
3 ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, y hermano de Santiago, y José, y Judá, y Simón? y ¿no están sus hermanas acá con nosotros? Y se escandalizaban por Él.
4 Pero Jesús les dijo: El profeta no es sin honra, salvo en su patria, y entre parientes, y en su propia casa.
5 Y no pudo hacer ahí ningún milagro, sino que impuso manos sobre algunos enfermos, y los sanó.
6 Y se maravilló por la incredulidad de ellos. Y se fue recorriendo las aldeas, enseñando.

Misión de los doce discípulos

mt 10.5 lc 9.1

7 Y llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio exousia en los espíritus inmundos;

8 Y les ordenó que no llevaran nada para el camino, sino sólo un bastón; ni alforja, ni pan, ni dinero en el cinto:
9 Sino calzarse sandalias; y no ponerse dos túnicas.
10 Y les dijo: En donde entren en una casa, permanezcan ahí hasta que salgan del lugar.
11 Y al que no los reciba ni los escuche, salgan de ahí y sacudan el polvo debajo de sus pies como testimonio contra ellos. Amen les digo, será más tolerable Sodoma y Gomorra en el día del juicio, que esa ciudad.
12 Y salieron y kerusso que los hombres metanoeo
13 Y ekballo muchos demonios, y ungieron con aceite de oliva a muchos enfermos, y sanaron.

Muerte de Juan el Bautista

mt 14.1 lc 9.7

14 Y el rey Herodes oyó (porque su nombre se hizo conocido), y dijo: Que Juan el Bautista resucitó de los muertos, y por eso dunamis energeo en Él.
15 Otros dijeron: Es Elías. Y otros decían: Que es un profeta, o como uno de los profetas.

16 Pero Herodes oyendo esto, dijo: Es Juan, a quien yo decapité; él resucitó de los muertos.
17 Porque el mismo Herodes envió y prendió a Juan, y lo ató en prisión por causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, porque se casó con ella.
18 Porque Juan dijo a Herodes: No te es lícito tener la mujer de tu hermano.
19 Por eso Herodías lo acechaba, y quería matarlo; pero no podía:
20 Porque Herodes tenía miedo a Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y lo observaba; y cuando lo oía, hacía mucho, y lo escuchaba de buena gana.
21 Y un día oportuno llegó, que Herodes, en su cumpleaños, hizo cena a sus megistanes y chiliarchos y protos de Galilea;
22 Cuando la hija de la tal Herodías entró y bailó, y agradó a Herodes y a los que estaban sentados a la mesa, dijo el rey a la doncella: Pideme lo que quieras, y yo te lo daré.
23 Y él le juró: Lo que me pidas, te lo daré, hasta la mitad de mi reino.
24 Y saliendo ella, dijo a su madre: ¿Qué pediré? Y ella dijo: La cabeza de Juan el Bautista.
25 Y vino en seguida, con rapidez al rey, y le pidió, diciendo: Quiero que me des inmediatamente en un plato la cabeza de Juan el Bautista.
26 Y el rey se entristeció mucho; por su juramento, y por los que estaban sentados a la mesa, no quiso rechazarla.
27 E inmediatamente el rey envió al spekoulator, y ordenó traer su cabeza; y él fue y lo decapitó en la prisión,
28 Y trajo su cabeza en un plato, y se la dio a la doncella; y la doncella la dio a su madre.
29 Y oyendo sus discípulos, vinieron y tomaron su cuerpo, y lo pusieron en un sepulcro.

Alimentación de los cinco mil

mt 14.13 lc 9.10 jn 6.1

30 Y los apóstoles se reunieron con Jesús, y le contaron todo lo que hicieron y lo que enseñaron.
31 Y Él les dijo: Vengan ustedes aparte a un lugar desierto, y descansen un poco; porque eran muchos los que iban y venían, y no tenían tiempo para comer.
32 Y partieron en barco, apartandose a un lugar desierto.
33 Y la gente los vio alejarse, y muchos lo conocieron, y corrían a pie hacia ahí de todas las ciudades, y se adelantaban a ellos, y venían juntos a él.
34 Y Jesús, al salir, vio mucha gente, y splagchnizomai de ellos, porque eran como ovejas que no tienen pastor; y comenzó a enseñarles mucho.
35 Y ya pasando mucho tiempo, sus discípulos vinieron a Él, y le dijeron: Es un lugar desierto, y es largo tiempo:
36 Envíalos para que vayan a los pueblos de alrededor y aldeas, a comprar para ellos pan, porque no tienen qué comer.
37 Y Él les respondió diciéndoles: Denles ustedes. Y ellos le dijeron: ¿Vamos a comprar doscientos denarion de pan y les daremos de comer?
38 Y Él les dijo: ¿Cuántos panes tienen ustedes? vayan y vean. Y al saberlo, dijeron: Cinco, y dos peces.
39 Y les ordenó sentarse a todos en grupos y grupos sobre el pasto verde.

40 Y se sentaron en filas y filas, de cien y cincuenta.
41 Y tomando los cinco panes y los dos peces, levantó la vista al cielo, bendijo, y partió los panes, y los dio a sus discípulos para ponerlos delante de ellos; y los dos peces los repartió entre todos.
42 Y comieron todos, y se llenaron.
43 Y tomaron doce canastas llenas de los pedazos y de los peces.
44 Y comieron de los panes siendo como cinco mil hombres.

Jesús camina en el mar

mt 14.22 jn 6.15

45 Y en seguida anagkázō a sus discípulos que embarcasen en la nave, y se fuesen al otro lado, antes de Betsaida, mientras Él despedía a la gente.
46 Y despidiéndolos, se fue al monte a orar.
47 Y cuando llegó la noche, la nave estaba en medio del mar, y Él solo en tierra.
48 Y los vio remando atormentados, porque el viento les era contrario; y cerca de la cuarta vigilia de la noche vino hacia ellos, caminando sobre el mar, y quiso pasarlos.
49 Pero ellos al verlo caminar sobre el mar, pensaron que era un phantasma, y gritaron:
50 Porque todos lo vieron, y se turbaron. E inmediatamente habló con ellos, y les dijo: Tengan buen ánimo: soy Yo; no phobeo.
51 Y subió con ellos a la nave, y el viento paró; y ellos se asombraron en extremo, y se maravillaban.
52 Porque no entendieron sobre los panes, porque su corazón estaba poroo.

Jesús sana a los enfermos en Genesaret

mt 14.34

53 Y pasando, llegaron a la tierra de Genesaret, y se acercaron a la orilla.
54 Y al salir de la nave, en seguida lo reconocieron,
55 Recorrieron por toda esa región alrededor, y comenzaron a llevar en lechos a los que estaban enfermos, donde escuchaban que ahí estaba.

56 Y en donde entraba, en aldeas, o ciudades, o campos, ponían a los enfermos en las calles, y le rogaron para poder tocar al menos el borde de su manto; y todos los que lo tocaron quedaron sanos.

7

Lo que contamina al hombre

mt 15.1

1 Entonces se juntaron a Él los fariseos, y algunos de los escribas, llegados de Jerusalén.
2 Y al ver a algunos de sus discípulos comer pan contaminados, es decir, con manos sin lavar, mémphomai
3 Porque los fariseos y todos los judíos, si no se lavan las manos primero, no comen, siguiendo la tradición de los ancianos.
4 Y desde el mercado, si no se lavan, no comen. Y muchas otras cosas hay, que recibieron para guardar, como el lavamiento de vasos, y ollas, y vasos de bronce, y camas.
5 Entonces los fariseos y los escribas le preguntaron: ¿Por qué tus discípulos no andan según la tradición de los ancianos, sino que comen pan con las manos sin lavar?
6 Y les respondió: Bien profetizó Isaías de ustedes, hipócritas, como está escrito:

Este pueblo me honra de labios,

pero su corazón está lejos de mí.
7 Pero en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.
8 Porque desechando el mandamiento de Dios, retienen la tradición de los hombres, el lavado de las ollas y vasos; y muchas otras semejantes a éstas hacen.
9 Y les dijo: Bien rechazan el mandamiento de Dios, para guardar su propia tradición.
10 Porque Moisés dijo: Honrá a tu padre y a tu madre; y: El que hable mal del padre o la madre, teleutaó thanatos.
11 Pero ustedes dicen: Si un hombre dijere a su padre o a su madre: korban korbanas, es decir, un regalo, por el cual se benefician por mí.
12 Y no le permiten hacer nada más por su padre o su madre;
13 Invalidando la palabra de Dios por su tradición, que entregaron; y muchas otras semejantes a éstas hacen.
14 Y llamando a toda la multitud, les dijo: Escúchenme cada uno y entiendan:
15 Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre.
16 Si alguno tiene oídos para oír, oiga.
17 Y cuando entró en la casa de la gente, sus discípulos le preguntaron respecto a la parábola.
18 Y Él les dijo: ¿También ustedes están así sin entendimiento? ¿No entienden que lo que de afuera entra en el hombre, no puede contaminarlo?
19 ¿Porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale al retrete, purificando los alimentos?
20 Y lo dijo porque: Lo que sale del hombre, eso contamina al hombre.
21 Porque desde adentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, adulterios, fornicaciones, homicidios,

22 Robos, avaricia, depravación, engaño, lascivia, la mirada malvada, la blasfemia, la soberbia, la locura:
23 Todas estas maldades salen del interior y contaminan al hombre.

La fe de la mujer sirofenicia

mt 15.21

24 Y de ahí se levantó, y fue al límite de Tiro y de Sidón, y entró en una casa, y quería que nadie lo supiera; pero no pudo ocultarse.
25 Porque cierta mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, oyó hablar de Él, vino y se postró a sus pies:
26 Y la mujer era griega, sirofenicia de nación; y le rogó que expulsara el demonio de su hija.
27 Pero Jesús le dijo: Dejá primero que se llenen los hijos; porque no es bueno tomar el pan de los hijos y tirárselo a los cachorros.
28 Y ella respondió y le dijo: Sí, Señor; pero aún los cachorros, abajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos.

29 Y le dijo: Por esta palabra vete; el demonio salió de tu hija.
30 Y volviendo ella a su casa, encontró que el demonio salió, y a su hija acostada sobre la cama.

Jesús sana a un sordomudo

31 Y otra vez, saliendo de las costas de Tiro y Sidón, llegó al mar de Galilea, a través de las costas de Decápolis.
32 Y le trajeron a un sordo y tartamudo; y le parakaleo para poner la mano sobre él.
33 Y llevándolo a parte de la multitud, puso sus dedos en sus oídos, y escupió tocando su lengua;
34 Y mirando al cielo, suspiró, y dijo: Ephphatha, que es, Sé abierto.
35 E inmediatamente sus oídos se abrieron, y el lazo de su lengua se rompió, y habló correctamente.
36 Y le encargó que no lo dijera a nadie; pero más lo encargaba, mucho más kerusso;
37 Y se asombraron en extremo, diciendo: Hizo Todo bien;hace incluso oír a los sordos y hablar a los mudos.

8

Alimentación de los cuatro mil

mt 15.32

1 En esos días, siendo muy grande la multitud, y no teniendo qué comer, Jesús llamó a sus discípulos, y les dijo,
2 Tengo compasión de la multitud, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer:
3 Y si los despido ayunando a sus casas, se desmayarán por el camino; porque varios de ellos vinieron de lejos.
4 Y sus discípulos le respondieron: ¿De dónde podrá alguno saciar a estos con pan acá en el desierto?
5 Y les preguntó: ¿Cuántos panes tienen? Y ellos dijeron: Siete.
6 Y mandó a la gente que se sentase en tierra; y tomó los siete panes, agradeciendo, los partió, y dio a sus discípulos para ponerlos delante; y los pusieron delante de la multitud.
7 Y tenían algunos pescaditos; y bendijo, y ordenó que los pongan delante de ellos.
8 Entonces comieron, y se llenaron; y tomaron de los pedazos que sobraron siete canastas.
9 Y los que comieron fueron como cuatro mil; y los despidió.
10 Y en seguida entró al barco con sus discípulos, y llegó a las partes de Dalmanutha.

El hombre exige pruebas a Dios

mt 16.1 lc 12.54

11 Y los fariseos salieron, y lo comenzaron a suzeteo, buscando de Él señal del cielo, tentándolo.
12 Y suspiró profundamente en su espíritu, y dijo: ¿Por qué esta generación busca señal? Amen les digo por cuanto se dará señal a esta generación.
13 Y los dejó, y entrando en el barco otra vez, pasó al otro lado.

La levadura de los fariseos

mt 16.5

14 También, los discípulos olvidaron tomar pan, ni tenían en la nave con ellos más que un pan.
15 Y les ordenó, diciendo: Disciernan claramente, cuídense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes.
16 Y discutían entre sí, diciendo: Es porque no tenemos pan.
17 Y sabiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discuten, porque no tienen pan? ¿Todavía no entienden, ni suniémi? ¿Todavía tienen el corazón endurecido?
18 Teniendo ojos, ¿no ven? y teniendo oídos, ¿no escuchan? y ¿no recuerdan?
19 Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas canastas llenas de pedazos levantaron? Le dijeron: Doce.
20 Y cuando los siete entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de pedazos levantaron? Y ellos dijeron: Siete.

21 Y les dijo: ¿Cómo no entienden?

Un ciego sanado en Betsaida

22 Y vino a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que lo toque.
23 Y tomó al ciego de la mano, sacándolo fuera de la ciudad; y escupió en sus ojos, e imponiéndole las manos, le preguntó si había algún hombre.
24 Y recobrando la vista dijo: Veo hombres como árboles, caminando.
25 Después de esto, puso sus manos otra vez sobre sus ojos, y le hizo recobrar la vista; y restaurado, y vio todo claramente.
26 Y lo envió a su casa, diciendo: No vayas a la ciudad, ni lo digas a nadie en la ciudad.

La confesión de Pedro

mt 16.13 lc 9.18

27 Entonces Jesús salió, y sus discípulos a los pueblos de Cesarea de Filipo; y por el camino les preguntó a sus discípulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo?
28 Y ellos respondieron: Juan el Bautista; pero algunos Elías; y otros: Uno de los profetas.
29 Y Él les dijo: Pero ¿qué dicen ustedes de mí? Y vino Pedro, respondiendo le dijo: Tú eres el Cristo.
30 Y les ordenó que a ninguno dijesen de Él.

Jesús anuncia su muerte

mt 16.21 lc 9.22

31 Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho, y desechado de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y asesinado, y después de tres días resucitar.
32 Y habló la palabra abiertamente. Y Pedro lo tomó y comenzó a reprenderlo.
33 Pero Él, giró y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: Sal detrás de mí satán, porque no piensas en lo de Dios, sino en lo de los hombres.
34 Y llamando a la gente junto a sus discípulos, dijo: El que quiera venir detrás de mí, niéguese a sí mismo, y tome su stauros, y sígame.
35 Porque el que quiera salvar su vida, la va a perder; pero el que pierda su vida por causa mía y del evangelio, ése la salvará.
36 Porque ¿de qué le servirá al hombre si gana el mundo entero y pierde su alma?
37 ¿O qué dará el hombre a cambio de su alma?
38 Por lo tanto, el que se avergüence de mí y de mis palabras en esta adúltera y pecadora generación, de él también El Hijo del hombre se avergonzará, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.

9

1 Y les dijo: Amen digo a ustedes, que hay algunos acá presentes, que no probarán la muerte, hasta que vean el reino de Dios venir con poder.

La transfiguración

mt 17.1 lc 9.28

2 Y después de seis días, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a Juan, y los llevó a un monte alto, apartándose a solas; y se transfiguró delante de ellos.
3 Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos como la nieve; como ningún lavador en la tierra puede blanquearlos.
4 Y se apareció a ellos Elías con Moisés; y estaban hablando con Jesús.
5 Y respondiendo Pedro, dijo a Jesús: Maestro, es bueno para nosotros estar acá; y hacer tres tabernáculos: uno para ti, y uno para Moisés, y uno para Elías.
6 Porque no sabía qué decía, porque estaban muy asustados.
7 Y había una nube cubriéndolos; y una voz salió de la nube, diciendo: Este es mi Hijo amado; escúchenlo.
8 Y luego, cuando miraron, no vieron a nadie más consigo, sino a Jesús solo.
9 Y bajando ellos del monte, les ordenó que a ninguno digan lo que vieron, hasta que el Hijo del hombre resucitase de entre los muertos.
10 Y guardaban este dicho entre ellos, discutiendo qué significaría la resurrección de entre los muertos.
11 Y le preguntaron, diciendo: Dicen los escribas que Elías debe venir primero.
12 Y Él respondió diciéndoles: Elías verdaderamente viene primero, y restaura todas las cosas; Y cómo está escrito del Hijo del hombre, que sufrirá mucho, y será despreciado.
13 Pero les digo que Elías ya vino, y le hicieron cuanto quisieron, como está escrito de él.

Jesús sana a joven poseído

mt 17.14 lc 9.37

14 Y viniendo Él a sus discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y los escribas disputando con ellos.
15 E inmediatamente toda la gente, viéndolo, se asombró grandemente, y corrieron a saludarlo.
16 Y preguntó a los escribas: ¿Qué disputan con ellos?
17 Y uno de la multitud respondió diciendo: Maestro, te traje a mi hijo, que tiene un espíritu mudo;
18 Y dondequiera que lo toma, lo convulsiona; y espumea por la boca, y cruje sus dientes, y se marchita; Pero hablé a tus discípulos que lo echaran y no pudieron.
19 Pero Él le respondió diciendo: Oh generación sin fe, ¿hasta cuándo estaré con ustedes? ¿hasta cuándo los soportaré? tráiganmelo.
20 Y lo trajeron a Él; y al verlo, inmediatamente el espíritu demoníaco lo convulsionó con epilepsia; y cayó al suelo, y se revolcó echando espumarajos.
21 Y preguntó a su padre: ¿Hace cuánto tiempo que le pasa esto? Y él dijo: De chico.
22 Y muchas veces lo tiró, aún al fuego y a las aguas para destruirlo; pero si pudieras, compadécete de nosotros y ayúdanos.
23 Y Jesús le dijo: Si puedes creer, todo es posible al que cree.
24 Y al instante el padre del niño gritó y dijo con lágrimas: Señor, ¡yo creo! ¡ayuda mi incredulidad!
25 Entonces Jesús vio que la gente se juntó rápidamente, y reprendió al pneuma inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, te ordeno que salgas de él, y no entres más en él.
26 Y chilló, y lo convulsionó en gran manera, y salió; y estaba como muerto, de tal manera que muchos decían: Murió.
27 Pero Jesús lo tomó de la mano, y lo levantó; y se puso en pie.
28 Y al llegar a la casa, sus discípulos le preguntaron en privado: ¿Por qué no pudimos echarlo fuera?
29 Y les dijo: Este genos no puede salir con nada, sino por oración y ayuno.

Jesús anuncia otra vez su muerte

mt 17.22 lc 9.43

30 Y partiendo de ahí, pasaron por Galilea; y no quería que ninguno lo descubriera.
31 Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del hombre es entregado a las manos de los hombres, y lo matarán; y muerto, resucitará al tercer día.
32 Pero ellos agnoeo rhema, y phobeo preguntarle.

¿Quién es el mayor?

Mt 18.1 lc 9.46

33 Y llegó a Capernaum; y estando en casa, les preguntó: ¿Qué discutían entre ustedes por el camino?
34 Pero ellos callaron, porque en el camino discutían entre sí quién sería el mayor.
35 Y sentándose, llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el jefe, será el último de todos y el diakonos de todos.
36 Y tomando a un niño, lo puso en medio de ellos; y tomándolo en sus brazos, les dijo,
37 El que reciba a uno de estos niños en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, no me recibe a mí, sino al que me envió.

La unidad es en Jesús

lc 9.49

38 Juan le respondió diciendo: Maestro, vimos a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía.
39 Pero Jesús dijo: No se lo prohíbas; porque no hay nadie que haga un milagro en mi nombre, que pueda hablar mal de mí a la ligera.
40 Porque el que no está contra nosotros, está con nosotros.
41 Porque cualquiera que les dé a beber un vaso de agua en mi nombre, por ser de Cristo, amen les digo, no perderá su recompensa.

Ocasiones de caer

mt 18.6 lc 17.1

42 Y cualquiera que skandalizo a uno de estos pequeños que creen en mí, será mejor para él que una piedra de molino se cuelgue sobre su cuello, y se lo tire al mar.
43 Y si tu mano te hace tropezar, córtala: mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego eterno:
44 Donde su gusano no muere, y el fuego no se apaga.
45 Y si tu pie te hace tropezar, córtalo: mejor te es entrar mutilado en la vida, que teniendo dos pies ser tirado en el geenna, al fuego eterno:
46 Donde su gusano no muere, y el fuego no se apaga.
47 Y si tu ojo hace tropezar, arráncalo: mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser tirado al infierno de fuego:
48 Donde su gusano no muere, y el fuego no se apaga.
49 Porque todos serán salados con fuego, y todo sacrificio salado con sal.
50 La sal es buena; pero si la sal pierde lo salado, ¿con qué la salarán? Tengán sal en ustedes mismos, y paz unos con otros.

 

10

Jesús enseña sobre el divorcio

mt 19.1 lc 16.18

1 Entonces levantándose de ahí, vino a las costas de Judea, al otro lado del Jordán; y el pueblo volvió a Él de nuevo, y como acostumbraba, les enseñó otra vez.
2 Y los fariseos vinieron a preguntarle: Si Es lícito al hombre repudiar a su mujer, tentándolo.
3 Y Él respondió diciéndoles: ¿Qué les mandó Moisés?
4 Y ellos dijeron: Moisés permitió escribir carta de divorcio y repudiarla.
5 Y Jesús respondiendo, les dijo: Por la dureza de su corazón les escribió este precepto.
6 Pero desde el principio de la creación Dios los hizo varón y hembra.
7 Por esta razón el hombre dejará a su padre y a su madre, y se proskollao a su mujer;
8 Y los dos serán una sola sarx; así que ya no son dos, sino una carne.
9 Por tanto, lo que Dios unió, que el hombre no lo separe.
10 Y en la casa sus discípulos le preguntaron otra vez sobre lo mismo.
11 Y les dijo: El que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella.
12 Y si una mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.

Jesús bendice a los niños

mt 19.13 lc 18.15

13 Y le trajeron niños para que los tocara; y sus discípulos reprendieron a los que los trajeron.
14 Pero al verlo Jesús, se disgustó mucho, y les dijo: Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan; porque de los tales es el reino de Dios.

15 Amen les digo que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
16 Y tomándolos en sus brazos, puso sus manos sobre ellos bendiciéndolos.

El Hombre rico

mt 19.16 lc 18.18

17 Y saliendo Él al camino, uno corrió y se arrodilló ante Él preguntándole: Maestro bueno, ¿qué hago para heredar la vida eterna?
18 Y Jesús le dijo: ¿Por qué me llamás bueno? Ninguno es bueno, sino uno, Dios.
19 Conocés los mandamientos: No adulterés, No matés, No robés, No levantés falso testimonio, No defraudés, Honra a tu padre y a tu madre.
20 Y él respondió diciéndole: Maestro, todo esto lo observé desde mi juventud.
21 Entonces Jesús, mirándolo, lo amó y le dijo: Algo te falta: anda, vende todo lo que tengas y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, toma la cruz y sígueme.
22 Y el impresionado por esta palabra, se fue muy triste, porque tenía a cargo muchas posesiones.
23 Y Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente los que tienen riquezas entrarán en el reino de Dios!
24 Y los discípulos se asombraron de sus palabras. Pero Jesús respondió de nuevo, diciéndoles: Hijos, ¡qué difícil les es a los que confían en las riquezas entrar en el reino de Dios!
25 Es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.
26 Y se asombraron en gran manera, diciendo entre ellos: ¿Quién, entonces, podrá salvarse?
27 Y Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, pero no para Dios; porque para Dios todo es posible.
28 Entonces Pedro comenzó a decirle: Acá, nosotros dejamos todo y te seguimos.
29 Y respondiendo Jesús, dijo: Amen te digo, no hay hombre que deje casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o esposa, o hijos, o tierras, por mi causa y la del evangelio,
30 Que no reciba cien veces más ahora en este tiempo, casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y tierras, con persecuciones; y en el tiempo futuro la vida eterna.
31 Pero muchos primeros serán últimos; y los últimos, primeros.

Nuevamente Jesús anuncia su muerte

mt 20.17 lc 18.31

32 E iban por el camino subiendo a Jerusalén; y Jesús iba delante de ellos; y ellos se asombraron; y siguiéndolo, temieron. Y tomando otra vez a los doce, comenzó a decirles lo que debía sucederle,
33 Acá, subimos a Jerusalén; y el Hijo del hombre es entregado a los sumo sacerdotes y escribas, y lo condenarán a muerte, y lo entregarán a los gentiles:
34 Y se burlarán de Él, y lo azotarán, y escupirán en Él, y lo matarán; y al tercer día resucitará.

Pedido de Santiago y de Juan

mt 20.20

35 Y Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, vinieron a Él diciendo: Maestro, queremos que hagas por nosotros lo que pedimos.
36 Y Él les dijo: ¿Qué quieren que haga por ustedes?
37 Entonces ellos le dijeron: Concedenos que nos sentemos, el uno a tu mano derecha y el otro a tu mano izquierda, en tu gloria.
38 Pero Jesús les dijo: No saben lo que piden: ¿pueden beber de la copa que yo bebo? y ser bautizados con el bautismo que yo soy bautizado?
39 Y ellos le dijeron: Podemos. Y Jesús les dijo: Ciertamente beberán de la copa que yo bebo; y con el bautismo con que yo soy bautizado serán bautizados:
40 Pero sentarse a mi derecha y a mi izquierda no es mío darlo, sino para quién está preparado
41 Y al oírlo los diez, comenzaron a disgustarse mucho con Santiago y Juan.
42 Pero Jesús los llamó, diciéndoles: Saben lo que piensan los gobernantes de ethnos, dominándolas; y sus grandes ejercen autoridad sobre ellas.
43 Pero no será así entre ustedes; sino el que quiera ser grande entre ustedes, será su diakonos:
44 Y el que de ustedes quiera ser el jefe, será doulos de todos.
45 Porque ni aún el Hijo del hombre vino a ser servido, sino a servir, y a dar su vida en rescate por muchos.

El ciego Bartimeo recibe la vista

mt 20.29 lc 18.35

46 Y llegaron a Jericó; y saliendo Él de Jericó con sus discípulos y mucha gente, el ciego Bartimeo, hijo de Timeo, sentado junto al camino, pedía limosna.
47 Y oyendo que era Jesús Nazoraios, comenzó a gritar y a decir: Jesús, Hijo de David!, compadecete de mí!
48 Y muchos lo reprendieron para callarlo; pero él gritaba mucho más: Hijo de David!, compadecete de mí!
49 Y Jesús se detuvo, y mandó llamarlo. Y llamaron al ciego, diciéndole: Ten buen ánimo, levantate; te llama.

50 Y él, desechando su manto, se levantó y vino a Jesús.
51 Y respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y El ciego le dijo: Señor, que recobre la vista.
52 Y Jesús le dijo: Ve, tu fe te salvó. E inmediatamente recobró la vista, y siguió a Jesús por el camino.

11

La entrada triunfal en Jerusalén

mt 21.1 lc 19.28 jn 12.12

1 Y cuando se acercaron a Jerusalén, a Betfagé y Betania, al monte de los Olivos, envió a dos de sus discípulos,
2 Y les dijo: Vayan a la aldea frente ustedes; y tan pronto entren en ella, encontrarán un pollino atado, sobre el cual nunca se sentó hombre; desátenlo y tráiganlo.
3 Y si alguien les dice: ¿Por qué hacen esto? díganle que el Señor tiene necesidad de él, y en seguida lo enviará acá.
4 Y fueron, y encontraron el pollino atado a la puerta de afuera, en un lugar donde se juntaban dos caminos; y lo desataron.
5 Y algunos que estaban ahí les dijeron: ¿Qué hacen, desatando el pollino?
6 Y ellos les dijeron como Jesús lo ordenó; y los dejaron.
7 Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron sus mantos sobre Él; y se sentó sobre él.
8 Y muchos tendieron sus mantos en el camino; y otros cortaron ramas de los árboles, y las tendieron en el camino.
9 Y los que iban delante, y los que iban detrás, daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
10 ¡Bendito el reino de nuestro padre David, que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!
11 Entonces Jesús entró en Jerusalén y en el templo; y habiendo mirado alrededor todo, y siendo ya tarde, salió para Betania con los doce.

La higuera sin frutos muere

mt 21.18

12 Y al día siguiente, venían de Betania hambrientos:
13 Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, se acercó por si encontraba algo en ella; y al venir, no encontró más que hojas, porque aún no era tiempo de higos.
14 Y Jesús respondió diciéndole: Nadie comerá fruto de ti en adelante para siempre. Y sus discípulos lo escucharon.

Purificación del templo

mt 21.12 lc 19.45 jn 2.13

15 Y vinieron a Jerusalén; y Jesús entró en el templo, y comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo, y volteó las mesas de los cambistas, y los asientos de los que vendían palomas;
16 Y no permitía que nadie llevara utensilio por el templo.
17 Y enseñaba, diciéndoles: ¿No está escrito: Mi casa será llamada en todas las naciones casa de oración? pero ustedes la hicieron cueva de ladrones.

18 Y los escribas y los sumos sacerdotes oyeron y buscaron cómo matarlo, porque le tenían miedo, porque toda la gente se asombraba de su doctrina.
19 Y cuando llegó la noche, salió de la ciudad.

La higuera maldita murió

mt 21.19

20 Y pasando a la mañana, vieron la higuera seca de raíz.
21 Y recordando Pedro, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste, se secó.
22 Y Jesús, respondió diciéndoles: Tengan fe en Dios.
23 Porque de cierto les digo que cualquiera que diga a este monte: Levantate y echate al mar, y no duda en su corazón, sino que cree que lo que dice se hará, tendrá lo que dijo.
24 Por tanto, les digo: Todo lo que deseen, orando, crean que lo tienen, y lo tendrán.
25 Y cuando estén orando, perdonen si tienen algo contra alguien, para que también su Padre que está en el cielo perdone a ustedes sus ofensas.
26 Pero si ustedes no perdonan, tampoco su Padre que está en los cielos perdonará sus ofensas.

La autoridad de Jesús

mt 21.23 mc 20.1

27 Y vinieron otra vez a Jerusalén: y caminando Él en el templo, vinieron a él los sumos sacerdotes, y los escribas, y los ancianos,
28 y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas? y ¿quién te dio esta autoridad para hacer estas cosas?
29 Y respondiendo Jesús, les dijo: también les preguntaré una palabra, y me responderán, y les diré con qué autoridad hago estas cosas.

30 El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres? respóndanme.
31 Y razonaban entre sí, diciendo: Si decimos: Del cielo, dirá: ¿Por qué, entonces, no le creyeron?
32 Pero si decimos: De los hombres; miedo al pueblo; porque todos tenían a Juan por verdadero profeta.
33 Y respondieron diciendo a Jesús: No sabemos. Y Jesús, respondió diciéndoles: Tampoco yo les digo con qué autoridad hago estas cosas.

12

Ladrones y Homicidas

mt 21.33 lc 20.9

1 Y comenzó a hablarles por parábolas. Un hombre plantó una viña, y la cercó con un seto, y cavó un lagar, y edificó una torre, y la alquiló a los labradores, y viajo al extranjero.
2 Y al tiempo envió a los labradores un siervo, para recibir de los labradores del fruto de la viña.
3 Y ellos lo tomaron, lo golpearon y lo echaron sin nada.
4 Y otra vez envió a otro; a éste le tiraron piedras, y lo hirieron en la cabeza, y lo echaron con deshonra.
5 Y de nuevo envió otro; y a éste mataron, y a muchos otros; golpeando a unos ciertamente y matando a otros.
6 Teniendo, entonces, todavía un hijo, su bien amado, lo envió por último también a ellos, diciendo: Respetarán a mi hijo.
7 Pero esos labradores dijeron entre sí: Este es el heredero; vengan, matémoslo, y la herencia será nuestra.
8 Y tomándolo, lo mataron y lo tiraron fuera de la viña.
9 ¿Qué hará, entonces, el señor de la viña? Vendrá y destruirá a los labradores, y dará la viña a otros.
10 ¿Ni siquiera leyeron esta Escritura? La piedra que los constructores desecharon, la misma, se convirtió en cabeza del ángulo:
11 Esto fue hecho por El Señor, y es maravilloso a nuestros ojos.
12 Y querían prenderlo, pero temían al pueblo, porque sabían que dijo la parábola contra ellos; y dejándolo, se fueron.

No seas deudor

mt 22.15 lc 20.20

13 Y enviaron a Él algunos de los fariseos y de los herodianos, para atraparlo en sus palabras.
14 Y ellos vinieron diciéndole: Maestro, sabemos que sos verdadero y no te preocupas por nadie, porque no miras la apariencia del hombre, sino que enseñas el camino de Dios en verdad: ¿Es lícito dar tributo al César, o no?
15 ¿Daremos, o no daremos? Pero Él, conociendo su hipocresía, les dijo: ¿Por qué me tientan? tráiganme un denarion, para que lo vea.
16 Y ellos lo trajeron. Y les dijo: ¿De quién la imagen y epígrafe? Y ellos le dijeron: César.
17 Y Jesús, respondiendo, les dijo: Den a César lo de César, y a Dios lo de Dios. Y se maravillaron de Él.

Hay Resurrección

mt 22.23 lc 20.27

18 Entonces vinieron a Él los saduceos, que dicen que no hay anastasis; y le preguntaron, diciendo,
19 Maestro, Moisés nos escribió: Si el hermano de un hombre muere, y deja mujer, y no deja hijos, que su hermano tome a su mujer, y levante descendencia a su hermano.
20 Hubo siete hermanos: y el primero tomó mujer, y murió sin dejar descendencia.
21 Y el segundo la tomó, y murió, sin dejarle descendencia; e igualmente el tercero.
22 Y los siete la tuvieron, y no dejaron descendencia; al final de todos murió también la mujer.
23 En la resurrección, entonces, cuando resuciten, ¿mujer de quién de ellos será? porque los siete la tuvieron por mujer.
24 Y Jesús, respondió diciéndoles: ¿No erran por esto, no conociendo las Escrituras, ni el poder de Dios?
25 Porque cuando resuciten de los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino que serán como los ángeles en el cielo.
26 Y en cuanto a los muertos, que resucitan: ¿no leyeron en el libro de Moisés, cómo en la zarza Dios le habló, diciendo: Yo El Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob?
27 No es el Dios de muertos, sino Dios de vivos: ustedes, por lo tanto, erran mucho.

El gran mandamiento

mt 22.34

28 Y uno de los escribas vino, oyéndolos disputar, viendo que les respondió bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos?
29 Y Jesús le respondió: El primero de todos los mandamientos: Oye, Israel: El Señor nuestro Dios es Único Señor:
30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu kardia, y con toda tu psiche, y con toda tu dianoia, y con todas tus ischus: éste es el primer mandamiento.
31 Y el segundo similar a éste: Amarás a tu próximo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.
32 Y el escriba le dijo: Bien, Maestro, dijiste (sobre) verdad; porque hay un solo Dios, y no hay otro sino Él:
33 Y amarlo con todo el corazón, y con todo el entendimiento, y con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al próximo como a uno mismo, es más que todo holocausto y sacrificio.
34 Y Jesús, viendo que respondió prudentemente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y ya nadie se atrevió a preguntarle.

Jesús, Señor de David

mt 22.41 lc 20.41

35 Y Jesús respondiendo, dijo enseñando en el templo: ¿Cómo dicen los escribas que Cristo es Hijo de David?
36 Porque David mismo dijo por el Santo Espíritu: El Señor dijo a mi Señor: Siéntate a mi mano derecha, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
37 Si David mismo lo llama Señor, ¿entonces dónde es su hijo? Y la gran multitud lo escuchaba con gusto.

Advertencia contra falsos maestros

mt 23.1 lc 11.37 20.45

38 Y les dijo en su doctrina: Cuídense de los escribas, aman ir con ropas largas, y aman los saludos en las plazas,
39 Y los asientos principales en las sinagogas, y los primeros salones en las fiestas:
40 Devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones: éstos recibirán mayor condenación.

La ofrenda de la viuda

lc 21.1

41 Y Jesús sentado frente al tesoro, miraba cómo la gente echaba chalkos en el tesoro; y muchos ricos echaban mucho.
42 Y vino cierta viuda pobre, y arrojó dos leptón, es decir, kodrantes.
43 Y llamó a sus discípulos, y les dijo: Amen les digo que esta viuda pobre echó más que todos los que echaron en el tesoro:
44 Porque todos ellos echaron de su abundancia; pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía, todo su sustento.

 
 

13

El antiguo templo será derribado

mt 24.1 lc 21.5

1 Y saliendo Él del templo, uno de sus discípulos le dijo: Maestro, mira qué piedras y qué edificios.
2 Y respondiendo Jesús, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra que no sea derribada.

Señales antes del fin

mt 24.3 lc 21.7 17.22

3 Y sentado en el monte de Olivos, frente al templo, Pedro y Santiago y Juan y Andrés le preguntaron en privado,
4 Dinos, ¿cuándo serán estas cosas? y ¿cuál es la señal cuando todas estas cosas se cumplan?
5 Y respondiendo Jesús, comenzó a decirles: Cuidado, no sea que alguno los engañe:
6 Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: Yo Soy; y planaó a muchos.
7 Y cuando oigan guerras y rumores de guerras, no se preocupen; porque es necesario que suceda; pero todavía no es el fin.

8 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá terremotos en varios lugares, y habrá escasez de alimentos y perturbación; Esto es el principio del dolor.
9 Pero cuídense, porque los entregaran a los concilios, y en las sinagogas los golpearan, y los llevaran ante gobernantes y reyes por mi causa, para testimonio a ellos.
10 Y el evangelio primero debe proclamarse entre todas las naciones.
11 Pero cuando los lleven y los entreguen, no piensen de antemano lo que dirán, ni lo estudien; sino lo que se les dé en esa hora, eso dirán; porque no son ustedes hablando, sino el Santo Espíritu.
12 Ahora el hermano entregará a muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra sus padres, y los harán morir.
13 Y serán odiados por todos los hombres por causa de mi nombre; pero soportando hasta el fin, ése es salvo.
14 Pero cuando vean la abominación desoladora, dicha por el profeta Daniel, estando donde no debe, (anaginóskó noieo), entonces los de Judea escapen a las montañas:
15 Y el que está en la terraza, no baje a la casa, ni entre, para tomar algo de su casa:

16 Y el que esté en el campo, no de vuelta para tomar su manto.
17 ¡Pero ay de las que estén embarazadas, y amamanten en esos días!
18 Y oren que su huida no sea en invierno.
19 Porque esos días serán aflicción, tal como no hubo desde el principio de la creación que Dios creó hasta ahora, ni tampoco la habrá.
20 Y si el Señor no acorta el tiempo, ninguna carne sería salva; pero por los eklektos, quienes eligió, acortó el tiempo.
21 Entonces, si alguno les dice: ¡Mira, acá Cristo!; o, ¡Mira allá está!, no crean.

22 Porque pseudochristos y pseudoprophetes se levantarán, y mostrarán señales y maravillas, sacando del camino, si fuera posible, aún a los elegidos.

23 Pero ustedes, cuidado: Acá, les predije todo.

Señales del Fin

mt 24.29 lc 21.25

24 Pero en aquellos días, después de esa tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su luz,
25 Y los astros del cielo serán arrojados, y los poderes que están en el cielo serán sacudidos.
26 Y entonces verán al Hijo del hombre viniendo en las nubes con gran poder y gloria.

27 Y entonces enviará a sus ángeles, y reunirá a sus elegidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.
28 A ahora aprendan parábola de la higuera: Cuando su rama está todavía tierna y brotan hojas, saben que el verano está cerca:
29 Así también ustedes, cuando vean que suceden estas cosas, sepan que está cerca, a la puerta.
30 Amén les digo, que esta generación no pasará, hasta que todas estas cosas sean hechas.
31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
32 Pero de ese día y hora ninguno sabe, ni los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, solo el Padre.
33 Cuidado, estén despiertos y oren, porque no saben cuando sea kairos.
34 Cuando un hombre viajó al extranjero, dejó su casa y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su trabajo, y mandó al portero a permanecer despierto.
35 Permanezcan despiertos, entonces; porque no saben cuándo el señor de la casa vendrá, a la tarde, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana:
36 No sea que viniendo repentinamente los encuentre durmiendo.
37 Y lo que digo a ustedes lo digo a todos: Permanezcan despiertos.

14

El complot para prender a Jesús

mt 26.1 lc 22.1 jn 11.45

1 Después de dos días era la Pascua, y azumos: y los sumos sacerdotes y los escribas buscaban cómo atraparlo con engaño, para matarlo.
2 Pero decían: No en la fiesta, para que no se alborote el pueblo.

Perfume para la sepultura

mt 26.6 jn 12.1

3 Y estando en Betania, en casa de Simón el leproso, sentado Él a la mesa, vino una mujer teniendo un alabastro de ungüento nardo pistikos, extremadamente caro; y rompiendo el alabastro, lo derramó sobre su cabeza.
4 Y hubo algunos que se indignaron dentro de sí, y dijeron: ¿Por qué se hizo este desperdicio de ungüento?
5 Porque podía venderse por más de trescientos denarios, y darse a los pobres. Murmurando contra ella.
6 Y Jesús dijo: Déjenla en paz; ¿por qué le dan problemas? hizo buena obra en mí.
7 Porque tendrán a los pobres siempre con ustedes, y cuando quieran podrán hacerles bien; pero a mí no siempre me tendrán.
8 Ella hizo lo que pudo: adelantándose a ungir mi cuerpo para la sepultura.
9 Amén les digo: Dondequiera que este evangelio se predique para el mundo entero, también lo que ella hizo se contará para memoria de ella.

Precio al Hijo de Dios

mt 26.14 lc 22.3

10 Y Judas Iscariote, uno de los doce, fue al archiereus para entregarlo a ellos.
11 Y ellos, al oírlo, chairo, y prometieron darle dinero. Y buscaba cómo entregarlo convenientemente.

Institución de la Cena del Señor

mt 26.17 lc 22.7 jn 13.21 1co 11.23

12 Y el primer día de los panes sin levadura, cuando sacrificaban la pascua, sus discípulos le dijeron: ¿Dónde quieres que vayamos a preparemos para comer la pascha?
13 Y envió a dos de sus discípulos, y les dijo: Vayan a la ciudad, y encontrarán a un hombre llevando un cántaro de agua: síganlo.
14 Y en donde quiera que entre, digan al jefe de familia: El Maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde comeré la pascua con mis discípulos?
15 Y él mostrará un gran aposento alto amueblado y preparado: ahí preparen para nosotros.
16 Y sus discípulos salieron y entraron en la ciudad, y encontraron como les dijo; y prepararon la pascua.
17 Y a la tarde sucedió que vino con los doce.
18 Y estando ellos sentados y comiendo, dijo Jesús: Amén les digo, uno de ustedes, que come conmigo me va a entregar.
19 Y ellos comenzaron a entristecerse, y a decirle uno por uno: ¿Seré yo? y otro: ¿Seré yo?
20 Y él respondió diciéndoles: Uno de los doce, moja conmigo en el plato.
21 El Hijo del hombre ciertamente va, como está escrito de Él; pero ¡ay del hombre por quien el Hijo del hombre es entregado! bueno le sería a ese hombre si no nacía.
22 Y mientras comían, Jesús tomó pan, bendijo, lo partió, y les dio, y dijo: Tomen, coman: esto es mi cuerpo.
23 Y tomó la copa, dando gracias, la dio a ellos; y todos bebieron de ella.
24 Y les dijo: Esta es mi sangre del nuevo testamento, derramada por muchos.
25 Amén les digo: No beberé más del fruto de la vid, hasta el día que lo beba de nuevo en el reino de Dios.

Jesús anuncia la negación de Pedro

mt 26.30 lc 22.31 jn 13.36

26 Y cantando un himno, salieron al monte de Olivos.
27 Y Jesús les dijo: Todos pondrán tropiezo en mí esta noche; porque está escrito: Golpearé al pastor, y las ovejas serán dispersadas.
28 Pero después que haya resucitado, me adelantaré a ustedes a Galilea.
29 Pero Pedro le dijo: Si aún todos se escandalizan, aún yo no.
30 Y Jesús le dijo: Amén te digo que hoy, en esta noche, antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces.
31 Pero él habló mucho de más: Si yo tengo que morir contigo, no te voy a negar. Y Lo mismo también dijeron todos.

Jesús ora en Getsemaní

mt 26.36 lc 22.39

32 Y llegaron a un lugar que se llamaba Getsemaní; y dijo a sus discípulos: Siéntense acá, mientras oro.
33 Y tomando consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, comenzó a asombrarse y a angustiarse;
34 Y les dice: Mi alma está muy triste hasta la muerte; permanezcan acá y velen.
35 Y adelantándose un poco, cayó postrado en tierra, y oró que si fuera posible, la hora pasara de Él.
36 Y dijo: Abba, Padre, todo es posible para usted; aparte esta copa de mí; pero no lo que yo quiero, sino lo que usted.
37 Y vino, y los encontró durmiendo, y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes?, ¿no podías velar una hora?
38 Permanezcan despiertos y oren, para no entrar en tentación. El espíritu verdaderamente está dispuesto, pero la carne es débil.
39 Y otra vez fue, oró, diciendo las mismas palabras.
40 Y volviendo, los encontró durmiendo otra vez, (porque sus ojos estaban cargados,) ni tampoco sabían qué responderle.
41 Y vino la tercera vez, y les dijo: Duerman ahora, y descansen; es suficiente, llegó la hora; acá, el Hijo del hombre es entregado a las manos de pecadores.
42 Levántense, vamos; miren, el que me entrega está cerca.

Arresto de Jesús

mt 26.47 lc 22.47 jn 18.2

43 E inmediatamente, hablando Él todavía, se acerco Judas, uno de los doce, y con él gran multitud con espadas y palos, de parte de los sumos sacerdotes, y los escribas y los ancianos.
44 Y el que lo entregaba les dio señal, diciendo: Al que bese, ése es; atrapenlo, y llévenselo seguro.

45 Y acercándose fue inmediatamente a Él, y dijo: rhabbi, rhabbi; y lo besó.
46 Y ellos lanzaron sus manos sobre Él, y lo atraparon.
47 Y uno de los que estaban, sacó una espada y golpeó al siervo del sumo sacerdote y cortó su oreja.
48 Y Jesús respondió y les dijo: ¿Salieron, como contra un ladrón, con espadas y palos para arrestarme?
49 Estaba cada día con ustedes en el templo enseñando, y no me atraparon; pero, es para que la escritura se cumpla.
50 Y todos lo abandonaron, escapando.

El joven que escapó

51 Y lo seguía un cierto joven, que tenía una sábana de lino encima, desnudo; y los jóvenes lo tomaron:
52 Y él dejando la sábana, escapó de ellos desnudo.

Jesús es condenado

mt 26.57 lc 22.54 jn 18.12

53 Y llevaron a Jesús al sumo sacerdote; y con Él se reunieron todos los principales sacerdotes y los ancianos y los escribas.
54 Y Pedro lo siguió de lejos hasta el palacio del sumo sacerdote; y estaba sentado con los subordinados, y se calentaba junto al fuego.
55 Y los principales sacerdotes y todo el concilio buscaban testigo contra Jesús para darle muerte; y no encontraron.
56 Porque muchos testificaban falsamente contra Él, pero sus testimonios no coincidían.
57 Y se levantaron algunos falsos testigos contra Él, diciendo:
58 Nosotros lo oímos decir: Yo destruiré este templo hecho a mano, y dentro de tres días edificaré otro sin manos.
59 Pero ni así sus testimonios coincidían.
60 Y el sumo sacerdote levantándose en medio, preguntó a Jesús, diciendo: ¿No respondés nada? ¿De lo que estos testifican en tu contra?
61 Pero Él calló y no respondió nada. Otra vez el sumo sacerdote le preguntó, y le dijo: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?
62 Y Jesús dijo: Yo soy; y verán al Hijo del hombre sentado a la dexios del poder, y viniendo en las nubes del cielo.
63 Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras y dijo: ¿Qué necesidad tenemos de más testigos?
64 Oyeron la blasfemia: ¿qué les parece? Y todos ellos lo condenaron siendo culpable de muerte.
65 Y algunos comenzaron a escupirlo, y a cubrirle el rostro, y a golpearlo con los puños, y le decían: Profetiza!; y los criados lo golpeaban a bofetadas.

Pedro niega a Jesús

mt 26.69 lc 22.55 jn 18.15

66 Y estando Pedro debajo en el palacio, vino una de las criadas del sumo sacerdote:
67 Y cuando ella vio a Pedro calentándose, lo miró, y dijo: Y tú también estabas con Jesús Nazareno.
68 Pero él negó, diciendo: No sé, ni entiendo lo que decís. Y salió fuera al pórtico; y el gallo cantó.
69 Y la criada lo vio otra vez, y comenzó a decir a los que estaban: Este es uno de ellos.
70 Y él lo negó otra vez. Y poco después, los que estaban volvieron a decir a Pedro: Verdaderamente sos uno de ellos, porque sos galileo, y tu hablar es parecido.
71 Pero él comenzó a maldecir y a jurar, diciendo: No sé de este hombre de quien hablan.
72 Y por segunda vez cantó el gallo. Y Pedro recordó la palabra que Jesús le dijo: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces. Y epiballó, lloraba.

15

Jesús frente Pilato

mt 27.1 lc 23.1 jn 18.28

1 Y luego, por la mañana, los principales sacerdotes tomaron consejo con los ancianos, los escribas y todo el concilio, y atando a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato.
2 Y Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Él respondió diciéndole: Tú lo dices.
3 Y los principales sacerdotes lo acusaban mucho. Pero Él nada respondió
4 Y Pilato volvió a preguntarle, diciendo: ¿No respondes nada? mira cuánto testifican en tu contra.
5 Pero Jesús aún no respondió nada; de modo que Pilato se asombró.

Jesús sentenciado a muerte

mt 27.15 lc 23.13 jn 18.38

6 En esa fiesta liberaban a un prisionero, a quien quisieran.
7 Y había uno llamado Barrabás, atado con quienes cometieron asesinato en insurrección.
8 Y la multitud, gritando en alta voz, comenzó a pedirle que hiciera como siempre les hizo.
9 Pero Pilato les respondió, diciendo: ¿Quieren que les suelte al Rey de los judíos?
10 Porque conocía que los sumos sacerdotes lo entregaron por envidia.
11 Pero los sumos sacerdotes incitaron al pueblo a que mejor les soltase a Barrabás.
12 Y respondiendo Pilato, les dijo otra vez: ¿Entonces qué quieren que haga a quien llaman El Rey de los judíos?
13 Y ellos gritaron otra vez: ¡Crucifícalo!
14 Entonces Pilato les dijo: ¿Por qué, qué mal hizo? Y ellos gritaron mucho más: ¡Crucifícalo!
15 Y Pilato, queriendo hacer bien al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, phragelloo, para crucificarlo.
16 Y los soldados lo llevaron al aula, llamada Pretorio; y convocaron a toda la cuadrilla.
17 Y lo vistieron de púrpura, y trenzaron una corona de espinas, poniéndola en su cabeza,
18 Y comenzaron a saludarlo: ¡Chairo, Rey de los judíos!
19 Y lo golpearon en la cabeza con una caña, y lo escupieron, y doblando la rodilla lo adulaban.
20 Y habiéndose burlado de Él, le desvistieron la púrpura, y le pusieron sus vestidos y lo sacaron para crucificarlo.

Crucifixión y muerte de Jesús

mt 27.32 lc 23.26 jn 19.17

21 Y obligaron a un tal Simón Cireneo, que pasaba viniendo del campo, padre de Alejandro y Rufo, a llevar su cruz.
22 Y lo llevaron al lugar Golgotha, que es, traducido, El lugar kranion.
23 Y le dieron a beber vino mezclado con smurnizó; pero Él no tomó.
24 Y crucificándolo, repartieron sus vestidos, tirando suertes sobre ellos, cuál tomaría cada uno.
25 Y era la hora tercera, y lo crucificaron.
26 Y la inscripción de su acusación estaba escrita encima:

EL REY DE LOS JUDÍOS
27 Y con Él crucificaron a dos ladrones; el uno a su derecha, y el otro a su izquierda.
28 Y la Escritura se cumplió, que dice: Y fue contado con los transgresores.
29 Y los que pasaban lo blasfemaban, meneando la cabeza y diciendo: ¡Ah, destruís el templo y lo edificás en tres días!
30 Sálvate a ti mismo, y baja de la cruz.
31 Y así también los sumos sacerdotes, burlándose, decían entre sí con los escribas: Salvó a otros; a sí mismo no se puede salvar.
32 Cristo, el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, para ver y creer. Y los crucificados con Él lo injuriaban.
33 Y en la hora sexta, fueron hechas tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
34 Y a la hora novena Jesús gritó con voz fuerte, diciendo: Eloi, Eloi, lama sabactani? que es, traducido, Dios mío, Dios mío, ¿por qué me abandonaste?
35 Y algunos que estaban ahí, oyéndolo, dijeron: Miren, llama a Elías.
36 Y corriendo uno, cargó vinagre, y poniéndolo en una caña, le dio a beber, diciendo: Déjalo; veamos si Elías viene a bajarlo.
37 Y Jesús gritó a gran voz, y entregó el espíritu.
38 Y el velo del templo se schizo en dos, de arriba abajo.
39 Y cuando el centurión, que estaba frente a Él, vio que así gritaba entregando el espíritu, dijo: Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios.
40 Y había también mujeres mirando de lejos: entre quienes estaban María Magdalena, y María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé;
41 (Que también, cuando estaba en Galilea, lo seguían y lo servían;) y muchas otras subieron con Él a Jerusalén.

Jesús es sepultado

mt 27.57 lc 23.50 jn 19.38

42 Y llegada ya la tarde, porque era la preparación, esto es, prosabbaton,
43 José de Arimatea, un consejero honorable, que también estaba esperando el reino de Dios, vino, y entró osadamente a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.
44 Y Pilato se asombró que ya estuviera muerto; y llamando al centurión, le preguntó si hacía mucho tiempo que había muerto.

45 Y sabiéndolo del kenturion, dio el cuerpo a José.
46 Y compró lino fino, y lo bajó envolviéndolo en el lino, lo puso en un sepulcro que estaba labrado en la roca, y rodó una piedra sobre la puerta del sepulcro.
47 Y María Magdalena y María de José vieron dónde estaba puesto.

 

16

La resurrección

mt 28.1 lc 24.1 jn 20.1

1 Y pasado el sabbaton, María Magdalena, y María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas, para venir a ungirlo.
2 Y muy de mañana, el primero de la semana, vinieron al sepulcro salido el sol.
3 Y decían entre sí: ¿Quién nos rodará la piedra de la puerta del sepulcro?
4 Y levantando la vista, vieron que la piedra fue rodada, porque era muy grande.
5 Y entrando en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, cubierto de una larga túnica blanca; y se espantaron.
6 Y él les dijo: No se asusten: Buscan a Jesús Nazareno, crucificado; resucitó, no está acá; miren el lugar donde lo pusieron.
7 Pero vayan, digan a sus discípulos y a Pedro que se adelanta a ustedes a Galilea: ahí lo verán, como les dijo.
8 Y ellas salieron rápidamente, escapando fuera del sepulcro, porque estaban temblando y ekstasis; ni dijeron nada a nadie, porque tenían miedo.

Jesús se aparece a María Magdalena

jn 20.11

9 Y resucitado al amanecer, el primero de la semana, apareció primero a María Magdalena, de quien expulsó siete daimonion.
10 Ella fue a contárselo a los que estuvieron con Él, estaban lamentándose y llorando.
11 Y ellos, oyendo que vivía, y que fue visto por ella, no creyeron.

Jesús se aparece a dos discípulos

lc 24.13

12 Después se apareció en otra forma a dos de ellos, en camino, yendo al campo.
13 Y ellos fueron a informarlo al resto: tampoco les creyeron.

Jesús comisiona a los apóstoles

mt 28.16 lc 24.36 jn 20.19

14 Finalmente apareció a los once, estando sentados ellos a la mesa, y los reprendió por su incredulidad y dureza de corazón, porque no creyeron a los que lo vieron resucitado.

15 Y les dijo: Vayan a todo el kosmos, kerusso el euaggelion a toda ktisis.
16 pisteuo y baptizo, sozo; pero sin fe, es condenado.
17 Y estas señales seguirán al pisteuo: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas glossa;
18 Alzarán serpientes; y si bebieren algo mortífero, no los dañará; impondrán las manos sobre los enfermos, y tendrán bien.

La ascensión

lc 24.50

19 Así entonces, después de hablarles El Señor, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la derecha de Dios.
20 Y ellos salieron predicando por todas partes, cooperando El Señor y confirmando la palabra con las señales que le seguían. Amén.

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